Talento o rezago: el reto educativo de México en la nueva era laboral

México se encuentra en un punto decisivo: transformar su sistema educativo o resignarse a perder competitividad en un mundo que cambia vertiginosamente. La tecnología, los retos sociales y las nuevas dinámicas laborales exigen un talento capaz de innovar, adaptarse y liderar. Este artículo presenta un diagnóstico crítico y propone rutas concretas para que la educación se convierta en el motor de desarrollo y competitividad del país.

FUTUROS DE LA EDUCACIÓN

Por Francisco Rangel Cáceres

9/28/20256 min read

En muchas ocasiones hemos visto cómo “las personas que tienen la capacidad de entender la verdad se niegan a aceptarla por orgullo, vanidad, miedo o intereses propios”. Esta reflexión ilustra con crudeza la situación que enfrenta México en materia educativa y laboral: durante demasiado tiempo se han postergado las transformaciones estructurales necesarias para responder a las exigencias del presente y del futuro. Hoy, frente a los vertiginosos avances tecnológicos y al impacto del nearshoring, el país no puede seguir aplazando una reestructuración profunda de su sistema educativo. Reconocer las carencias no es suficiente; se requiere asumir con decisión los cambios que permitan alinear la formación del talento con las demandas de un mercado laboral global en constante evolución y con el surgimiento de una sociedad con necesidades cada vez más complejas.

El Reporte del Futuro del Empleo 2025, publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, 2025), indica que el 95% de las empresas del país planea adoptar herramientas de inteligencia artificial en los próximos cinco años, mientras que el 63% anticipa un mayor uso de la robótica. Asimismo, el 82% de los empleadores tiene como objetivo acelerar la automatización de procesos y tareas.

Este escenario impacta de manera directa en las competencias que requerirá la fuerza laboral rumbo a 2030. Entre las habilidades que tendrán un mayor incremento en su demanda destacan la inteligencia artificial y big data (93%), el pensamiento creativo (77%), las redes y ciberseguridad (73%), la resiliencia, flexibilidad y agilidad (73%) y el liderazgo e influencia social (70%) (WEF, 2025).

Sin embargo, detrás de estas tendencias globales y de las proyecciones empresariales, México enfrenta una serie de limitaciones estructurales que ponen en riesgo su capacidad para capitalizar las oportunidades del progreso tecnológico y el nearshoring. La falta de talento especializado, la persistencia de carreras saturadas, los bajos niveles en pensamiento analítico y creativo, el rezago en el dominio del inglés y la limitada certificación en habilidades digitales constituyen barreras críticas que limitan la competitividad del país. A continuación, se presenta un diagnóstico integral que permite dimensionar estas brechas y comprender los desafíos que deben atenderse de manera prioritaria para asegurar que la transformación del sistema educativo responda de forma efectiva a las exigencias de una sociedad y un mercado laboral en constante evolución.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO, 2025), los sectores de mayor crecimiento enfrentan una grave escasez de talento: 79% en tecnologías de la información y más de 65% en servicios, logística y manufactura. Esta brecha impacta directamente en el desarrollo económico y amenaza el aprovechamiento del nearshoring. La raíz de este problema radica en la insuficiente preparación del capital humano, lo que hace indispensable fortalecer la formación y certificación de competencias clave. Coincidentemente, el Reporte de Escasez de Talento 2025 de Manpower (2025) advierte que, aunque la adopción tecnológica avanza con rapidez, la falta de talento especializado constituye un obstáculo crítico: el 77% de las empresas reportó dificultades para cubrir vacantes en áreas tecnológicas. Mientras la industria acelera su evolución, la capacidad del país para responder se ve limitada por la deficiente capacitación y actualización en las competencias que demanda el futuro.

Aunado a lo anterior, las decisiones de carrera no han evolucionado al mismo ritmo que el mercado laboral. El ranking Compara Carreras 2024 del IMCO (2024) muestra que los diez programas educativos con mayor número de profesionistas reflejan tanto la persistencia de disciplinas tradicionales como la irrupción de nuevas áreas estratégicas. Derecho, Administración de Empresas y Contabilidad encabezan la lista con más de un millón de egresados cada una, lo que confirma su histórica popularidad, pero también evidencia una fuerte saturación que limita las oportunidades laborales. Este panorama revela una brecha entre la popularidad de los programas académicos y la realidad de la empleabilidad, lo que subraya la necesidad de alinear la formación profesional con las nuevas demandas tecnológicas.

Por otra parte, el desarrollo del pensamiento analítico y creativo constituye un desafío adicional. De acuerdo con la evaluación internacional PISA organizada por la OCDE (2023), apenas el 13.8% de los estudiantes de educación básica en México alcanzó un nivel alto de rendimiento en pensamiento creativo. Esto significa que solo 1 de cada 10 estudiantes mostró capacidad para generar, evaluar, resolver e innovar en escenarios complejos de carácter científico y social. En contraste, más de la mitad (56.2%) se ubicó en un nivel básico y el 30% restante obtuvo un desempeño bajo. Estos resultados reflejan la necesidad de replantear los enfoques pedagógicos para promover habilidades críticas y creativas que hoy resultan insuficientes.

El dominio del inglés constituye otra limitante significativa para el desarrollo del talento. El Índice de Dominio del Inglés de Education First (EF EPI, 2024) ubicó a México en 2024 en el penúltimo lugar de América Latina, solo por encima de Haití, y en la posición 87 de 116 países a nivel mundial. Estos resultados confirman que la baja competencia en este idioma estratégico restringe la integración del país en cadenas globales de valor, limita la empleabilidad en sectores vinculados con el nearshoring y reduce el acceso a mejores niveles de salario.

Finalmente, las habilidades digitales y las certificaciones internacionales representan un reto central. Aunque la demanda de perfiles especializados en programación, análisis de datos, inteligencia artificial, ciberseguridad y gestión en la nube crece de manera acelerada, la oferta de egresados con estas competencias sigue siendo insuficiente. Certificaciones globales en lenguajes como Python o Java, así como en plataformas de cloud computing y metodologías ágiles, son cada vez más requeridas por las empresas internacionales. Sin embargo, el acceso a procesos de formación y acreditación permanece desigual, lo que reduce la capacidad de México para capitalizar las oportunidades del nearshoring y profundiza la brecha entre el sistema educativo y las exigencias del mercado laboral global (Manpower, 2025; IMCO, 2025).

En resumen, el panorama del mercado laboral y educativo en México revela carencias estructurales que limitan la competitividad del país ante los desafíos globales. La rápida adopción tecnológica contrasta con la falta de preparación del capital humano, marcada por la escasez de talento especializado, la persistencia en carreras saturadas, el bajo desarrollo de habilidades analíticas y creativas, el rezago en el dominio del inglés y la limitada certificación en competencias digitales avanzadas. Estos factores amplían la brecha entre la oferta educativa y las demandas del mercado, haciendo necesaria una estrategia integral para garantizar el aprovechamiento de las transformaciones productivas que ofrece el nearshoring.

Ante este diagnóstico, resulta evidente que México no puede conformarse con reconocer sus carencias: es urgente transformar la educación superior en un motor de competitividad global. Superar estas limitaciones exige propuestas concretas que permitan cerrar la brecha entre la formación académica y las demandas del mercado laboral, y que garanticen que el talento nacional esté a la altura de las oportunidades que abre el nearshoring.

  1. Reconfigurar la oferta educativa con base en tendencias tecnológicas. Actualizar los planes de estudio para integrar contenidos vinculados con inteligencia artificial, big data, ciberseguridad, electromovilidad y semiconductores, reduciendo la saturación en disciplinas tradicionales y alineando la oferta con sectores estratégicos.

  2. Impulsar el desarrollo de habilidades analíticas, creativas y socioemocionales. Transformar los métodos de enseñanza hacia enfoques que fortalezcan la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad mediante proyectos interdisciplinarios y aprendizaje basado en retos.

  3. Fortalecer el dominio del inglés y la internacionalización. Consolidar el inglés como requisito transversal en la educación superior, ampliar programas de certificación, fomentar estancias internacionales y promover dobles titulaciones con universidades extranjeras.

  4. Masificar la certificación en habilidades digitales y especializadas. Implementar una estrategia nacional para democratizar el acceso a certificaciones en Python, Java, cloud computing, metodologías ágiles y ciberseguridad, garantizando reconocimiento inmediato en el mercado laboral global.

  5. Establecer alianzas estratégicas entre academia, gobierno e industria. Construir ecosistemas de colaboración para definir perfiles de egreso, desarrollar laboratorios de innovación, impulsar programas de educación dual y vincular directamente a los estudiantes con sectores productivos.

En conclusión, el futuro del mercado laboral en México depende de transformar el reto del talento en una ventaja competitiva. El diagnóstico evidencia que la adopción tecnológica por sí sola no garantiza el desarrollo, sino que requiere una inversión estratégica en formación y certificaciones, así como la participación decidida del gobierno, las autoridades educativas, los profesores y el sector productivo. Las propuestas planteadas —reconfiguración de la oferta educativa, fortalecimiento de competencias analíticas y creativas, dominio del inglés, certificación en habilidades digitales y alianzas multisectoriales— ofrecen una ruta viable para cerrar la brecha entre educación y mercado laboral. Si México articula estos esfuerzos de manera coordinada, podrá aprovechar plenamente las oportunidades del nearshoring y consolidarse como un polo de talento altamente especializado y competitivo en América Latina y el mundo.

Referencias