Liderazgo con capacidad de adaptación en la era digital
“Muchos profesionales creen que obtener un título o grado académico les mantendrá vigentes toda la vida.
LIDERAZGO
A lo largo de los años he observado que una competencia que es esencial para el buen desempeño de las diversas facultades que poseen los líderes en la era digital, es la capacidad de modificar el comportamiento y adaptarse a diferentes situaciones y personas de forma rápida y adecuada. El liderazgo con capacidad de adaptación tiene un impacto profundo y multifasético en las habilidades directivas por varias razones que son claves.
La adaptabilidad permite a los líderes ser versátiles, resilientes, y capaces de guiar a sus equipos a través de los complejos desafíos del mundo empresarial moderno, optimizando así el rendimiento y el éxito organizacional, con base en el desarrollo de: liderazgo situacional, la gestión de relaciones, la resolución de conflictos, la eficiencia bajo presión, el fomento de la cultura de adaptabilidad, el desarrollo personal y profesional.
De igual forma, la actitud de “aprender y desaprender a lo largo de la vida” es esencial para la capacidad de adaptación. Estos conceptos están intrínsicamente ligados y son fundamentales para un liderazgo eficaz y una gestión exitosa en un entorno en constante transformación. Los líderes que cultivan estas habilidades no solo están mejor equipados, sino que también están preparados para anticipar y responder proactivamente a las futuras demadas y oportunidades en sus campos de acción.
Los líderes que no actualizan sus conocimientos y habilidades continuamente en la era digital corren varios riesgos significativos que pueden afectar tanto su desempeño personal como el éxito general de sus organizaciones, como la: obsolescencia de habilidades, pérdida de ventaja competitiva, dificultades en la toma de decisiones, desconexión del equipo de trabajo y falta de liderazgo efectivo, incapacidad para atraer y retener talento, resistencia al cambio, riesgo de irrelevancia.
Para mitigar estos riesgos, es crucial que los líderes adopten una mentalidad de aprendizaje continuo y se comprometan a mantenerse actualizados no solo en su área específica de expertise, sino también en una amplia gama de tendencias tecnológicas y de gestión que impactan su industria y el mundo empresarial en general.
Sorprendentemente, un importante porcentaje de directivos en las organizaciones, sin importar el nivel que posean en la estructura jerárquica o el giro de estas, dedican poco tiempo a su actualización y al desarrollo de sus habilidades directivas, sólo basta observar en las empresas, en las instituciones de educación superior o en los centros especializados de entrenamiento, las pocas horas de educación continúa que le dedican los líderes a la actualización y al fortalecimeinto de sus diversas habilidades directivas.
Asimismo, muchos profesionistas creen que obtener un título o grado académico les mantendrá vigentes toda la vida. En la práctica este paradigma es una falacia, ya que, el título o grado académico no garantiza la pertinencia de los conocimientos, ni de las habilidades necesarias para desarrollar una función productiva en el mercado laboral, mucho menos, que estos se mantengan actualizados a través del tiempo.
En este sentido, la aptitud de los líderes para aprender y desaprender a través del tiempo es una necesidad de vital importancia en el umbral de la Cuarta Revolución Industrial, donde la disrupción tecnológica lo ha venido transformando todo: la forma de comunicarnos, la gestión de los servicios y los procesos, la administración de las nuevas generaciones con novedosas aptitudes; la publicación de miles de artículos, libros y videos en la red digital, disponibles las veinticuatro horas del día, y que además infinidad de teorías, métodos y procedimientos para hacer las cosas de forma diferente; y por si fuera poco, el surgimiento de la inteligencia artificial, el metaverso, y un sinnnúmero de nuevas tecnologías, que hacen apremiante adquirir nuevas habilidades para buscar, analizar, interpretar y agregar valor a la información.
Esta vorágine de información obliga que los directivos en primer lugar, tengan la disposición y el valor de aceptar nuevas ideas, nuevos esquemas o formas de hacer las cosas de manera diferente, inclusive desaprender viejos paradigmas que en el pasado pudieron haber sido exitosos pero que en los albores del tercer milenio, ya no lo son.
Sin duda alguna, uno de los retos de los líderes en eI tercer milenio, es desarrollar con gran rapidez la capacidad para aprender y desaprender, adoptando nuevos estios de liderazgo y renovando continuamente sus habilidades directivas con el propósito de adaptarse oportunamente a las exigencias del entorno; de lo contrario, serán superados por los nativos digitales, por la generación de jóvenes que actualmente están ingresando a las organizaciones con sed de triunfo y de éxito, ya que ellos por naturaleza son más inquietos, creativos, e innovadores, pero sobretodo, ellos sí disfrutan romper esquemas

